SUEÑOS ROTOS EN EL MAR
Es de madrugada, la noche está abandonando la costa y los tímidos y todavía tibios rayos del sol de noviembre comienzan a acariciar allá donde se juntan tierra y agua.
Hace menos de 5 minutos que han arribado las dos primeras pateras del día con unas 20 personas cada una. Estos son los “afortunados” que lograron terminar la primera parte de su sueño ya que algunos compañeros se han perdido por el camino, han sido devorados por el temporal que les sorprendió la noche anterior y ahora “dormirán” mecidos por la cadencia de las olas dejando el rastro de lo que pudo haber sido pero no fue.
Las pateras están destrozadas, seguramente, solo la carga de sueños e ilusiones que transportaban como equipajes, ha conseguido mantener madera sobre madera durante el trayecto.
La primera pregunta es, ¿por qué están aquí? ¿cuál es esa fuerza poderosa que les mueve a jugarse la vida por alcanzar nuestras costas? Basta con mirar sus ojos aterrorizados, repletos de emociones contenidas, para ir imaginando respuestas.
En la mala gestión de esos países que se hacen llamar del primer mundo, que comienzan “jugando” sabiéndose siempre ganadores, a los que nos les interesa acortar distancias sociales, culturales o económicas entre este primer y el tercer mundo; aquí debemos continuar buscando respuestas.
Muchos ciudadanos miran con recelo el fenómeno de la inmigración; se sienten invadidos y creen ver peligrar sus derechos adquiridos como españoles. ¿Acaso no recuerdan que hubo un tiempo, de una España menos boyante, en el que nosotros también fuimos emigrantes? Nuestros padres, nuestros abuelos fueron acogidos casi siempre con los brazos abiertos en países hermanos que tomaron como patria.
Todos opinamos y ¡qué fácil es hacer comentarios gratuitos!, pero, ¿aportamos soluciones? Empecemos pues a aportar soluciones pero pensando desde un prisma solidario.
Hoy han llegado otras 40 historias humanas a nuestras costas. Serán 40 sueños que pronto comenzarán a truncarse en pesadillas.
2 comentarios
Antonio Barnés -
ARiel -