Hoy nos despeñamos
Vaya, acabo de descubrir que no somos dueños de nuestro destino ni siquiera cuando de perder la virginidad hablamos. Resulta que los jodidos cromosomas son los que nos dicen cómo, cuándo y dónde. Ahora ya ni lívido, ni calentones…genes, solo genes.
Pero cuidado, si luego resulta que llega el gen caporal y da su consentimiento ya puedes ser cauto. Primero ‘póntelo, pónselo’ –lo de siempre- y segundo, precaución no vayas a caer en una relación problemática…
Si ya has caído, si ya te han sacado punta, hay varias alternativas. En primer lugar, asesinar al gen cretino que te condujo hacía la ecatombe. Una vez muerto, no lo dudes huye hacia despeñaperros.
Pero ¡zas!, despertamos y no hemos huido, y la ciudad se sigue derrumbando a nuestros pies. Hoy trabajamos como auténticas mulas de carga y mañana quien sabe. Quizá ese gen adivino tenga la respuesta, aunque yo casi prefiero no saberla.
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smi -