¿COMIENZA LA NAVIDAD?
Empieza a hacer frío, hoy se me han congelado las ideas por primera vez este año, ¿será que llega la Navidad? Parece que si por que llevo una semana viendo la ciudad inundada de luces de colores (¡menudo gasto de energía!) y la población zaragozana se ha lanzado a la calle a comprar convulsivamente langostinos, los juguetes de moda a los que nos dirige sutilmente la publicidad subliminal y dulces, muchos dulces, los suficientes para pesar cinco quilos más dentro de menos de un mes.
Es curioso, se supone que todos tenemos que ser felices estos días, nos reunimos con la familia, recibimos regalitos y nuestras capacidades como consumistas alcanzan unos límites que ni nosotros mismos nos plantearíamos en el mes de marzo, por ejemplo.
Pero vamos a ser un poco reflexivos, las Navidades son las dos caras de una misma moneda; una cara amable que nos dirige a un estado de extraña armonía con nosotros y los que nos rodean durante los días que duran las fiestas y la cara amarga de aquellos a lo que empieza a llorarles el alma el mismo momento en el que el calendario pasa del día 15 de diciembre.
Yo no me posiciono ni en un lado ni en el otro, por lo menos de momento, pero voy a hacer un ejercicio de análisis profundo de la sociedad y desde hoy hasta que desaparezcan los polvorones de mi casa iré definiendo situaciones y sentimientos contrapuestos que todos viviremos durante estos días.
Hoy comienza este pequeño viaje por el camino de las sensaciones navideñas, abróchense los cinturones que arrancamos.
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