Blogia
pinupball

Un Oscar...sin azúcar, por favor

Esta noche muchos se van a quedar sin dormir y no precisamente por los carnavales (y eso que yo posiblemente tendré pesadillas después de ver esta mañana a toda la población zaragozana concentrada en el Paseo Independencia con unos ropajes cuanto menos curiosos –uno tío hecho y derecho vestido de abeja maya seguramente protagonizará mis trastornos del sueño esta semana…-).

Pero no, la cita con el insomnio en esta ocasión está en Hollywood. Se entregan los Oscar y nuestra ‘Pe’ está nominada a mejor actriz de reparto. Precisamente esta era la pregunta de mi encuesta de calle esta semana en Adoquines. “¿Cuál es su quiniela ganadora? ¿Penélope si, o Penélope no?”. A mi sinceramente me importa bastante poco. Siempre he pensado que los Oscar son al cine algo así como Eurovisión a la música, y prefiero ahorrarme mi opinión sobre Eurovisión. Lo siento si hiero susceptibilidades, pero como opinar es gratis… Sin embargo, a raíz de esto he recordado una conversación que hace muchos muchos años tuve con una de esas amigas del alma. “Amiga de la infancia”, como dice ella.

 

“Si ahora mismo te concedieran un sueño, ¿qué pedirías?

Está claro, que tontería, pues ganar un Oscar o un Goya en su defecto, porque con mi inglés…

¿Y tú?

Pues yo quiero ganar un Pulitzer

 

Ella estudió psiquiatría, yo, químicas. Ella se fue a Madrid y allí ha buscado eso que tanto deseaba, una oportunidad para sacar ese ángel que yo se que tiene y que lleva dentro. Yo dejé una vida hecha y organizada para dedicarme al periodismo. Ella sigue buscando su oportunidad, yo intento aprovechar la mía.

Y ahora, recordando aquella conversación con la perspectiva que te da la vida, se me escapa una sonrisa. No se si se nos puede tachar de ilusas, de ridículas o de estrafalarias. Quizá preferiría pensar que somos soñadoras, estúpida y a la vez maravillosamente soñadoras.

Y es que, al igual que opinar, soñar también es gratis.

Digo esto una tarde de domingo, con un lunes complicado por delante. Complicado porque a veces hay gente que quiere cobrarte tus sueños, hacerlos pedazos.

Pero bueno, un lunes siempre esconde la promesa de un martes. Y el martes nadie impedirá que yo siga soñando.

0 comentarios