CON LOS OJOS CERRADOS
Estos días he tenido que investigar y adentrarme en el mundo del esquí para invidentes, tenía que documentarme para hacer un reportaje y es increíble lo que he aprendido.
He tenido la oportunidad de hablar con guías de esquiadores invidentes e incluso con un chico ciego que compite en este apasionante deporte.
Muchas veces, personas que no tenemos ningún impedimento físico, no paramos de quejarnos y de imponernos nosotros mismos nuestras propias barreras. Después de hablar con personas que sin poder ver, ponen todo su empeño y fuerza de voluntad en conseguir un sueño, me lo pensaré dos veces antes de volver a quejarme por tonterías.
Me intrigaba saber qué es lo que siente un invidente cuando se lanza por un pendiente a más de cien kilómetros por hora y ahora ya lo sé; LIBERTAD y un placer infinito. Pero por encima de todas las cosas, libertad. En realidad no se “lanzan a ciegas” del todo ya que siempre llevan junto a ellos un guía que es “sus ojos” en los descensos. Tienen una confianza total y absoluta en la persona que les acompaña como guía y junto con ella forman un equipo que convierte el esquí en un deporte bello e integrador.
Para mí, estos esquiadores, son unos luchadores dignos de admiración. Y también dignos de admiración, son esos guías que quedan siempre en un segundo plano pero cuya labor es fundamental, son los ángeles de la guarda de esos valientes que siempre esquían con los ojos cerrados.
3 comentarios
jio -
Adri -
m ; ) -