Blogia
pinupball

Entre tapas anda el juego

Olvídate del ayer y no pienses en el mañana, me ha dicho uno de mis angelitos de la guarda. Saborea cada uno de los segundos que te ofrece este presente que te has ganado a fuerza de cabezonería. “Consejos vendo que para mí no tengo”, decía sonrisa socarrona en boca. Y yo se los compro. Me los ofrece siempre a buen precio y luego puedo asegurar que me rentan.

Así que en ello ando. He cerrado el baúl de los recuerdos y hoy camino con los bolsillos vacíos. Un par de reales para comprar algo que despierte mis sentidos y los ojos bien abiertos por si vuelves a aparecer.

 

Entre tanto, mis músculos rezan atrofiados todo lo que saben: Padre Nuestro, Ave María (mentira, no me se nada de eso a pesar de los duros gastados en un colegio de monjas…) pero queda bien decirlo.

Hacía tiempo que no dormía 12 horas seguidas de tirón y hoy por fin lo he logrado. Las cuatro prórrogas del CAI Zaragoza me dejaron algo tocada, pero ayer la alcachofa terminó de rematarme. Por tercer año consecutivo hice el repor de ‘Ruta de tapas por Zaragoza’ y me vino a la cabeza eso de “Cómo hemos cambiado”. El primer año portaba mi alcachofa roja henchida de orgullo. Mi gracejo habitual… y tantas ganas que lo mismo me daba empelar dos horas que doscientas en tamaña aventura. Pisaba arenas movedizas y eso me producía un subidón de adrenalina que hacía que todo mereciera la pena. Recuerdo que vino a saludarme Luis Larrodera, que para mi era todo un ejemplo a seguir, y me dijo “suerte, yo empecé como tú. Me has hecho rememorar grandes momentos”.  

 

El segundo año iba a tiro hecho. Sabía cómo y por dónde moverme. Lo disfruté, pero ya era otra cosa. Y este año empecé con ganas de acabar. Entre tapa y tapa miré el reloj 200 veces. Eso sí, he de agradecer la amabilidad del ‘capitán’ del bar de Zaragoza en el que sirven los mejores montaditos de jamón batido. Me conquistasteis hace años y ayer lo volvisteis a hacer. Seguir trabajando por y para que podamos disfrutar de la cultura en esta ciudad, allí estaré yo dando buena cuenta de ello.    

 

Pero en definitiva, no me veo otro año más haciendo “La ruta de tapas por Zaragoza”. Como diría un buen amigo, necesito otro punto, en mi caso quizá otro rompeolas en que salpicar.

Por el momento me entretengo soñando con las montañas del Pirineo. No tardaré mucho en otear el horizonte, esquís en ristre, cuasi vestida de esquimal. O soñando con vosotras y vuestras risas cómplices tan necesarias, o con ese viaje soñado que algún día llegará.

 

Para terminar con algo dulzón, sangriento y romántico, dejo el trailer de la peli de la semana, dedicada a la pálida desnudez de una enigmática sonrisa.

" border="0" />

 

0 comentarios